Ternua elimina definitivamente las sustancias químicas contaminantes de los acabados de repelencia al agua todas las prendas de su colección, convirtiéndose así en la primera marca de ropa de montaña española en conseguirlo.
Si alguien nos habla de los Perfluorocarbonos (PFCs) probablemente no sepamos a qué se refiere, y sin embargo son sustancias peligrosas que nos rodean, que están extendidos por todo el planeta y que se encuentran incluso en nuestra propia sangre. Los PFCs son compuestos sintéticos cuyas propiedades permiten confeccionar materiales impermeables, antiadherentes e ignífugos que se han utilizado en innumerables productos cotidianos desde hace 60 años. Entre ellos, la ropa de montaña.
Los PFCs más habituales son los ácidos perfluoroalquílicos, entre los que se destacan el sulfonato de perfluorooctano (PFOS) y el perfluorooctanoato (PFOA), cuyo uso ya se ha regulado en Europa por su toxicidad. Y el PFOA tampoco se utiliza ya en los Estados Unidos.
El problema con los PFCs es doble. Por un lado, son compuestos altamente tóxicos, que en pequeñas dosis afectan a nuestro desarrollo y al sistema hormonal y reproductor. Además, pueden erosionar el sistema inmune, dañar al hígado y causar hipotiroidismo, colesterol alto y obesidad.
El segundo problema es que no se degradan fácilmente. En el informe “Dejando huella” de Greenpeace, presentado a principios de 2016, se denunciaba que la presencia de perfluorooctanoico (PFOA) en la equipación de montaña se liberaba en los ecosistemas, contaminándolos de forma permanente. Los PFCs pueden desplazarse a grandes distancias y se acumulan en los organismos vivos a lo largo de la cadena alimentaria. Y de ahí que los encontremos en nuestra sangre o en los tejidos de peces o de osos polares.
Ternua estableció en su origen un compromiso por la sostenibilidad que les ha impulsado a estar abiertos a nuevas ideas y a buscar formas alternativas y respetuosas con el medio ambiente de fabricar sus productos. Así, fueron la marca pionera a nivel mundial en el uso de pluma reciclada. Trabajaron con tejidos reciclados de desechos como botellas de plástico, posos de café y redes de pesca. Y utilizaron únicamente algodón orgánico cultivado en campos que respetan los ciclos de la tierra y libres de químicos tóxicos.
Desde Ternua aseguran que han mantenido su promesa de proteger al planeta y a las personas que viven en él. Y por eso el 100% de las prendas de la nueva colección FW18 están libres de PFCs contaminantes. Es decir, que sus tratamientos exteriores de repelencia, absolutamente eficaces, no contienen ningún elemento dañino para el medio ambiente.
Fuente: Ternua
Imagen: Ternua
