Los deportes extremos y la cultura urbana se fusionaron en el Vigo Street Stunts para convertir a la ciudad olívica en la capital de la gravedad 0. Tras una primera edición que acogió el parkour como única disciplina en competición en 2015, el certamen amplió sus prestaciones este año con dos deportes más: el slackline y el street workout. Las tres disciplinas se vistieron de gala con las Rias Baixas como telón de fondo e hicieron vibrar a las miles de personas que durante tres días de certamen, pasaron por el puerto de la ciudad viguesa.
El grueso de la competición arrancó la mañana del sábado, con la clasificación on site de los stunters amateurs. El ganador tenía un premio grande: participar con los mejores profesionales del parkour, que tomaban parte del Vigo Street Stunts. En esta sesión, sobresalió -y con fuerza- la figura del malagueño ‘Pepón’. Con 18 años justos -pero con aparencia de poco más de 14- y con cerca de metro sesenta de altura, el andaluz hizo las delicias del público vigués. Una actuación vibrante le valió a ‘Pepón’ para acceder a las rondas pros, en la que se midió a los mejores.
La finalísima del deporte estrella del certamen era la encargada de cerrar el Vigo Street Stunts, el domingo por la noche. Aunque la humedad jugó una mala pasada a la organización y obligó a suspender la final tras la primera ronda, el grupo de jueces, pertenecientes al Galician Urban Project, decidió otorgar los premios en base a este primer pase. El ganador, como el curso pasado, fue el portugués Pedro Salgado.
La revelación del Vigo Street Stunts fue, quizás, el slackline: un deporte joven, poco conocido pero que dejó a los asistentes con la boca abierta. Sobre la cuerda floja -traducción de slackline-, los mejores riders del mundo protagonizaron acrobacias estelares y presentaron su deporte a bombo y platillo. Abraham Hernández, Pedro Rafael Marques e Itsuki Hosoe se jugaron el título en una competición de un nivel altísimo, pero a la vez, de un compañerismo ejemplarizante.